31.12.12

Coloquio y Final de cursada! - Parte 3

Qué bueno que los posteos tienen la posibilidad de dividirse. Una sensación de alivio
nos brinda leer, Parte 1.
Primero una ilusión; seguro esto no termina. Segundo, un compromiso: nos quedan
marcas, signos, elementos, vibraciones, para compartir.

Y aquí va. La Segunda Parte de muchas, que se vuelve un calidoscopio cuando se la
piensa, se la intenta organizar, moldear.

El impasse es buen compañero. Nos permite tomar distancia y apreciar lo realizado,
descubriendo aspectos, costados y rincones ocultos.

En las IV Jornadas Intercatedras DIGICOM- Datos, esbozábamos la idea que proponía
Paula Carlino en “Escribir, leer y aprender en la Universidad” sobre nuestro lugar
docente en tanto posibilitador, puente o pasaje. En realidad, nos gusta la idea de
pasaje porque nos recuerda al conejo de Alicia en el país de las maravillas: lo real y lo
imaginario y en nuestro caso particular: la academia y la fantasía.

Si. Es raro el planteo. Pero este cuatrimestre, la fantasia, lo imaginario fue un pivote
convocante. Desplegar la imaginación, provocar la angustia, la soledad de volver a
recordar que a pesar de ser estudiantes, la academia convoca a producir, generar
propuestas y no el recitado de una poética endemoniada de categorías que no
permiten deconstruir absolutamente nada.

Y allí es donde nos encontramos con Carlino. En la posibilidad de armar un espacio,
una conversación entre la escritura y el habla. En esta intersección pudimos construir
entre todos, mejores comprensiones sobre el anclaje teórico de la transmedialidad, de
la interactividad. La apropiación no fue un resultado, sino parte del proceso.

Y en este proceso, el rol decisivo de los Tutores: Ellos motorizaron los modos de
indagar, de aprender y de pensar la narrativa elegida por el grupo. Ellos fueron el
pliegue necesario entre lo imaginario y el desarrollo de un prototipo que fue tomando
cuerpo a medida que las discusiones avanzaban y retrocedían.

Los tutores no solo brindaron todo aquello que “sabían” sino que pusieron a
disposición diversas actividades para que los grupos puedan reconstruir y descubrir
aquellas nociones y categorías que harían crecer o fallecer a su narrativa.

Como todo, hubo momentos, instantes en donde las miradas desconfiadas, nos
acusaban : qué es esto de hablar con imágenes o cómo presento un texto a través
mashup o video casero. Pero, pero…no se trataba de tomar una poción para hacernos
chiquitos o comer un pedacito de pastelito para avanzar por la nueva puerta. Fue
necesario participar entre todos de estas prácticas de lectura, escritura y pensamiento.
Lo que aprendimos no fue independiente de cómo lo aprendimos: Cual relato de
Piaget en la construcción de objetos permanentes en la psiquis del niño, las sucesivas

aproximaciones al objeto, es decir, a la narrativa en nuestro caso, promovieron
instancias de trabajo y de revisión para finalmente concluir en un Producto Final.

El Tutor motorizó el deseo de ponerse en marcha para estudiar y aprender. Le
dio impulso al interés personal (construido sobre la base de experiencias y valores
colectivos y estéticas previas) y un interés situacional (originado de acuerdo con las
tareas y contextos propuestos en cada Practico)

La pregunta quizás es en esta instancia: por qué diseñamos juegos?

Quizás, porque nuestro planteo fue disfrutar de aquello que hacíamos, encontrarnos
con aquellos lugares que nos brindan placer .

Quizàs porque pudimos constituirnos como grupo y en este armado,
recordó instancias de construcción colectiva – colaborativa ajena en el
ámbito universitario, más cercano a los Ojos de Niño de Tonucci (Frato)

Si, un día los pupitres florecieron en el coloquio. Allí, fuimos invitados a pensar nuestra
tarea desde nuevos enfoques. Nos permitió entender lo que antes era inabordable
(ser parte de) ,porque nos volvimos menos esclavo del sentido común y porque
pudimos reformular nuestras consideraciones bajo un nuevo constructo

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